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Con el fin de difundir y dar a conocer las experiencias educativas desarrolladas en nuestra comunidad, compartimos a continuación las diferentes actividades y espacios en los que nuestros alumnos aprenden, crean, investigan, debaten y producen en su día a día:

El Colegio JCC finaliza el 2019…»Sembrando Vida»

A partir de una maravillosa propuesta de la familia De Bernardo Chantra (Carola, Delfina, Cecilia y Jorge), quienes ofrecieron la donación de árboles para la Escuela; entendimos que estábamos ante un enorme desafío: el de sembrar vida casualmente en un espacio donde cada uno de nuestros niños están dando los primeros pasos de sus propias vidas. Por lo que pretendimos que tanto la selección como distribución de esos árboles lo fuese en consonancia con aquello.

Así, observamos que los niños del Nivel Inicial del Colegio están en la etapa en que su vida comienza a florecer, por lo que elegimos plantar en ese patio dos LAPACHOS ROSADOS; dado que una de sus características está dada justamente por su colorida y hermosa floración primaveral. Continuando su camino, interpretamos que los alumnos del Nivel Primario y Secundario transitan momentos de intensos cambios y emociones. Ellos comparten espacios tales como el patio de la rampa; así que decidimos sembrar allí un bosque de doce FRESNOS; árbol noble que pasa por todas las estaciones (cambios y emociones), da sombra en verano, luego otoña cambiando el colorido de sus hojas, para finalmente dejarlas caer en el invierno, las que vuelven a brotar en primavera; todo esto quizás reflejando aquel remolino de cambios y emociones.

Por último, pensamos que las madres y padres son una pieza fundamental en nuestra comunidad escolar; por lo que no podían quedar ajenos a la siembra y el cuidado de esas vidas; de manera que pegados a ese patio sembramos tres ÁLAMOS; árboles que colocados uno al lado del otro actúan como cortinas que protegen de los vientos.

Así,  madres, padres, alumnos y docentes de 2° grado “B”, directivos, personal docente y no docente (a quienes agradecemos infinitamente), agarramos las palas, nos arremangamos y compartimos una hermosa actividad que ocupó tan solo un pequeñísimo espacio de tiempo de nuestra vida. Fue uno de esos PEDACITOS DE VIDA QUE DAN VIDA. Muchas gracias!